
En este caso, apreciamos el mensaje de una persona enamorada, a tal punto que no pide que la lleven al cielo, sino al infierno; dando a entender que a ese ser amado sería capaz de seguirlo hasta el peor de los lugares, contal de tener su amor. Y al mismo tiempo, vemos como otro emisor, pasa por encima de este mensaje, ilustrando su nombre, y dando a entender en respuesta (la cual no necesariamente debía ser dada por él) que no le interesa lo que se trató de comunicar, robandole así la primera plana.

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